El día que quedé con Cristina para hacer las fotos del nuevo miembro de la familia estaba jarreando en Madrid y es que llevamos una primavera de las de agua. El bebé tenía 20 días y parece ser que después de las dos semanas hay una pequeña crisis en los bebés por el crecimiento, días en los que comen mucho y suelen tener molestias. Su madre no quería perderse las fotos de esta edad y decidimos seguir adelante.
Tengo que decir que fue una de las experiencias más intensas vividas en un reportaje de bebé. La fragilidad del pequeño se veía con claridad y vivir los esfuerzos de su madre para tranquilizarle fue toda una experiencia. Llevo muchos años haciendo estos reportajes, pero ese día con Cristina hicimos un master. Utilizamos todos los recursos que sabíamos y los que se nos ocurrieron y pudimos tener un final feliz.
El resultado no me puede gustar más, las fotos recogen la intensidad vivida ese día, tienen fuerza y delicadeza, un recuerdo de esa edad efímera para toda la vida.
Un reportaje que me gusta mucho.
L.V.
Noonu Fotografía.